Este invierno, en un temporal ,un rayo acabó con la ya de por sí fragil vida del árbol que marcó la vida de los cepeanos durante generaciones y generaciones; antes aún de que yo pudiera posar mis ojos en sus magníficas ramas y abrazar jugando su enorme tronco,había oido hablar muchas veces de este árbol, él habia estado presente en la vida de mis antepasados desde hacía tantos años....
Cuando supe de su caida, parecerá mentira ,pero me sentí un poco huérfana ,pensar en ir al pueblo y no verle alzarse majestuoso sobre sus escalones de piedra en el centro de la plaza...me resulta dificil de asimilarlo.
La moral,que en realidad era un álamo negro, nunca supieron explicarme por que se le conocía como La Moral.
Sé que la próxima vez que visite el pueblo lo echaré mucho de menos,aunque sean tan contadas las ocasiones en las que puedo ir, siempre he sabido que mi vejez la pasaré con el moñete en la cabeza y sentada en un poyo a la entrada de alguna casa de este, que aunque no me haya visto nacer, es Mi Pueblo.
